Una mujer decide vender el Porsche nuevo de su marido por tan solo 500 euros.
Su marido se había suicidado seis meses antes conduciendo hasta una remota zona de bosques y redirigiendo hacia adentro los gases del tubo de escape. El coche y el cuerpo no fueron descubiertos hasta cuatro meses después. Fue imposible librarse del olor del cuerpo en descomposición. Al final, la mujer (y heredera) se dio por vencida.