Un hombre desnudo fue hallado muerto al pie de una montaña, con una cerilla en la mano.
Un globo aerostático con cuatro pasajeros se había desviado de su curso y amenazaba con estrellarse contra una montaña. Para ganar altura, los pasajeros arrojaron todo el lastre, incluidas sus ropas, por la borda. No era suficiente: uno de ellos tendría que saltar. Lo echaron a suertes, y el muerto sacó la cerilla más corta.