Una mujer va a una tienda de mascotas a comprar un loro. El vendedor le ofrece uno y le asegura que es gran loro, y que es capaz de repetir todo lo que oye. Al cabo de unos días la mujer, sintiéndose estafada, acude a devolverlo. Sin embargo, tiene que volverse a casa con el loro, sin conseguir que le devuelvan su dinero. ¿Por qué?
El loro era sordo y el vendedor no mintió en ningún momento a la mujer.