Un hombre entra en un bar y pide un vaso de agua. El camarero saca una pistola de debajo del mostrador y le apunta a la cabeza. El hombre responde "gracias" y se va.
El hombre había entrado al bar para quitarse el hipo bebiendo un vaso de agua. El camarero, que lo había notado, sasó su pistola y le apuntó para asustarle y que se le pasara. El hombre le dio las gracias y salió del bar.