La policía alemana estaba totalmente confundida. Durante 15 años, la misma persona había estado robando, matando y secuestrando. En 2008, habían gastado 14 mil horas de trabajo y más de 15 millones euros para encontrar al criminal, pero fracasaron. ¿Qué hubo?
Es una historia real.
El sospechoso principal era una mujer cuyo ADN encontraban en cada escena de crímen. Pero no pudieron encontrarla.
La policía pensó que llevaba una vida nómada, porque cometió crímenes en toda Alemania y a veces en el extranjero – en Francia y Austria.
Finalmente en 2009 la policía descubrió que era una mujer polaca de 71 años que trabajaba durante muchos años como empacadora de cotonitos en una fábrica bávara. Usaron estos cotonitos para las pruebas de ADN.
El caso entró a la historia como El Fantasma de Heilbronn.