Un comerciante se esfuerza demasiado en conseguir una venta y por eso acaba muriendo.
El comerciante se dedicaba a vender chalecos antibalas. Un día, para demostrar a un cliente la calidad de su producto, sepuso uno e insistió al cliente a que le disparar. Desafortunadamente, el cliente falló el disparo y la bala le dio en la cabeza.